De camino al trabajo, a la escuela o de vuelta a casa, el acoso sexual a las mujeres y niñas en el saturado sistema de transporte público de Tokio está a la orden del día.
Solamente en 2017 se denunciaron alrededor de 900 casos de tocamientos en trenes y metros públicos, una cifra que solo refleja la punta del iceberg del problema ya que se calcula que menos de un 10% de los casos se denuncia en un sistema de transporte que cada día utilizan millones de personas.
Este tipo de violencia se ve acentuado por las normas sociales del país: muchas de las víctimas son jóvenes y no saben reaccionar ante el acoso, y la presión por no molestar al resto de pasajeros hace que muchas personas no se vean capaces de pedir ayuda o miren a otro lado cuando presencian este tipo de situación. Por otro lado, la atención mediática se centra en los casos en los que un hombre ha sido acusado equivocadamente, y socialmente se muestra más preocupación por la repercusión de una denuncia de acoso sobre un hombre que por el impacto de estos comportamientos sobre la vida de las mujeres.
Las autoridades japonesas continúan trabajando para controlar la situación: impulsaron a principios de los 2000 vagones solo para mujeres en hora punta en las principales líneas de transporte público y ahora recurren a la tecnología para perseguir a los acosadores, mediante la app DigiPolice.
DigiPolice es una app móvil que permite a las mujeres que están sufriendo acoso alertar al resto de pasajeros, mediante un mensaje de texto que aparece en las pantallas del resto de usuarios de la aplicación que lee «Hay un acosador. Ayuda, por favor.» o emitiendo una grabación que grita «¡Para!» a todo volumen, con el objetivo de hacer parar al culpable.
DigiPolice cuenta ya con 237.000 usuarios, y mensualmente consigue unas 10.000 nuevas descargas, datos muy positivos que reflejan la capacidad de la tecnología de ayudar a combatir el acoso hacia las mujeres.
Idioma: japonés